Sexualidad en Castilla La Mancha en tiempos de Coronavirus

En este artículo se han estudiado la sexualidad y salud sexual de los castellanos manchegos durante el confinamiento decretado por el estado de alarma por la pandemia Covid-19. En él incluimos cómo se ha modificado la actividad sexual, el aumento y disminución de algunas prácticas sexuales, las preocupaciones que han podido influir, los sentimientos presentados por la población durante este período y precauciones tomadas de la población para evitar posibles contagios entre pareja

RESUMEN
            Debido a la pandemia por coronavirus (COVID19) se están dando muchas situaciones nuevas con respecto a la vida sexual de las personas y a la expresión de sexualidad, dependiendo del contexto personal y familiar, y además dependiendo también de la forma que cada uno tiene de afrontar lo que le ocurre y del grado de afectación que la situación produce en cada persona. Se han estudiado estos aspectos en la población castellano manchega recogiendo una muestra de 160 personas. Se observa una menor actividad sexual al principio del confinamiento por miedo al contagio en la pareja, y un aumento de la práctica sexual las últimas semanas previas al fin del confinamiento. Además, hemos visto un leve aumento en otras prácticas sexuales como sexting, masturbación, uso de juguetes sexuales, etc., la mayoría en edades más jóvenes.

INTRODUCCIÓN
            La nueva enfermedad por coronavirus 2019 (COVID19), anunciada como una pandemia por la OMS el 11 de marzo de 2020, es una nueva cepa de coronavirus que puede provocar enfermedades respiratorias, que van desde el resfriado común hasta enfermedades más severas que pueden conducir a la muerte. Fue en Wuhan, provincia de Hubei, China, donde ocurrieron los primeros casos. A 20 de junio de 2020, este virus había producido 8.506.107 casos confirmados en todo el mundo, 2.460.242 casos confirmados en Europa, 245.938 casos en España y 17.940 casos en Castilla la Mancha (1). El 14 de Marzo de 2020, el Gobierno de España decreta el estado de alarma para hacer frente a la situación de emergencia sanitaria que el Covid-19 había provocado, obligando a los españoles a confinarse en sus domicilios. Esta situación ha provocado cambios a nivel sanitario, social y económico y también ha creado un marco en el que poder estudiar algunas dimensiones básicas y fundamentales de la naturaleza humana, como son la sexualidad y la reproducción.
            La sexualidad humana se define como “un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales” (2). En este período de confinamiento, puede que la salud sexual, definida como “un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad, que requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia” (2), haya sido modificada y por tanto sea necesario plantearse la necesidad de mejorar la educación sexual en posibles confinamientos futuros.
 
MATERIAL Y MÉTODOS
              Se llevó a cabo un estudio descriptivo transversal realizado durante los meses de mayo y junio de 2020 en Castilla la Mancha para recoger datos referentes a la sexualidad durante el confinamiento por Covid-19. La población sobre la que deseamos obtener conclusiones es la de adultos, con edad comprendida entre los 19 y 60 años de edad. El método de muestreo contó como criterios de inclusión la edad superior a 18 años y menor a 61 años, haber tenido domicilio durante el confinamiento en Castilla La Mancha, y no haber sido diagnosticado de Covid-19. La muestra elegida fue de 160 personas, los sujetos han dado su consentimiento voluntario y telemático, respetándose la confidencialidad de sus datos.
            Para la obtención de datos, se ha utilizado una encuesta on-line autoadministrada con las siguientes variables:
            -Sexo (variable cualitativa dicotómica)
            -Edad (variable cuantitativa discreta)
            -Nivel de estudios (variable cualitativa policotómica)
            -Estado civil (variable cualitativa policotómica)
            -Sector laboral al que pertenece (variable cualitativa policotómica)

-Convivencia con la pareja durante el confinamiento (variable cualitativa policotómica)
-Tipos de actividades sexuales practicadas durante el confinamiento (variable cualitativa policotómica).
-Cambio en la frecuencia de sus relaciones sexuales al principio del confinamiento y durante las cuatro últimas semanas (variable cualitativa policotómica).
-Número de relaciones sexuales semanales al principio del confinamiento y durante las cuatro últimas semanas (variable cuantitativa discreta).

            -Preocupaciones durante el confinamiento (variable cualitativa policotómica).

-Sentimientos desde el inicio del confinamiento debido a esas preocupaciones (variable cualitativa policotómica).
-Afectación de la situación de confinamiento a su relación de pareja (variable cualitativa policotómica).
-Razones por las que cree que se han modificado sus relaciones sexuales (variable cualitativa policotómica).
-Precauciones en sus relaciones sexuales por miedo al contagio (variable cualitativa policotómica).
-Cambio de frecuencia durante el confinamiento de distintas actividades sexuales como sexting, masturbación, pornografía, cibersexo, sexo telefónico, uso de juguetes sexuales, webs de citas y compra de juguetes sexuales (variable cualitativa policotómica).
-Visión respecto a quedarse embarazada durante el confinamiento. (variable cualitativa policotómica).

        Los datos obtenidos, finalmente, fueron codificados y analizados estadísticamente mediante el software SPSS.25. Las variables cualitativas fueron expresadas por frecuencias absolutas y porcentajes; y las cuantitativas por medias y desviación estándar. Se comprobó la distribución normal de las variables a través de la prueba de Kolmogorov-Smirnov, y gráficas de comparación de cuartiles. La relación entre las variables fue comprobada mediante la prueba x2 (ji cuadrado).
            El objetivo de este estudio es comparar la vida sexual de la población castellano manchega al principio del confinamiento y durante las cuatro últimas semanas previas a la finalización del mismo.
 
RESULTADOS
            De las 160 personas encuestadas de la muestra un 41,3% (n=66) son hombres y un 58,8% (n= 94) son mujeres. La media de edad poblacional corresponde a 32,54 años, con una desviación típica de 10,52. El valor mínimo de edad es de 19 años y el máximo de 60 años. Del total de la muestra un 60% (n=96) corresponde al rango de edad de [19-30] años y un 40% (n=64) a un rango de edad de [31-60] años.
            Respecto al estado civil de la muestra, encontramos un 26,3% (n=42) casado/a, un 2,5% (n=4) divorciado/a y un 71,3% (n=114) soltero/a. En cuanto a la orientación sexual, encontramos un 88,8% (n=142) de personas heterosexuales, un 5% (n=8) bisexuales, un 3,8% (n=6) homosexuales y un 2,4% (n=29) de personas asexuales.
            El 26% de la muestra (n=42) no tenía pareja en contra del 74% (n= 118) que sí que tenía pareja. Dentro de este último grupo un 30,5% (n=36) ha mantenido una relación a distancia con su pareja ya que no vivían en el mismo domicilio. El 62,71% (n=74) ha vivido con su pareja y ha dormido en la misma habitación y solamente el 6,77% (n=8) ha vivido con su pareja, pero no ha dormido en la misma habitación por el miedo al contagio.
            Respecto a los tipos de actividades sexuales que ha practicado la muestra durante el período de confinamiento encontramos un 46,25% de personas que han practicado la masturbación, este mismo porcentaje lo encontramos también en personas que han practicado relaciones plenas con su pareja. Un 1,25% de personas han practicado relaciones plenas con otras parejas. Un 3,75% han practicado relaciones sexuales virtuales con su pareja y un 12,5% han practicado relaciones sexuales virtuales con otras parejas. En cambio, un 15% no han tenido actividad sexual.
            El 12,5% (n=20) de la muestra confirma que al principio del confinamiento aumentaron sus relaciones sexuales, un 31,5% (n=50,4) indica que disminuyeron, en un 8,75% (n=14) no ha habido cambios y un 47,5% (n=76) no tuvo relaciones sexuales. Si comparamos por franjas de edades podemos ver las siguientes diferencias en este gráfico (Gráfico 1).
Con respecto al número de relaciones sexuales al principio del confinamiento un 41,3% (n=66,08) mantenía relaciones sexuales entre 1 y 3 veces por semana, un 8,8% (n=14,08) entre 4 y 6 veces por semana y un 2,5% (n=4) más de 6 por semana; en contra del 47,5% (n=76) que no tuvo relaciones sexuales. Si comparamos entre sexo obtenemos los siguientes resultados (Gráfico 2).
Durante las cuatro últimas semanas previas a la finalización del confinamiento, las relaciones sexuales han ido disminuyendo con respecto al principio del confinamiento en un 11,3% (n= 18,08). Por el contrario, han aumentado en un 37,5% (n=60) de la muestra y no se han visto modificadas con respecto al principio del confinamiento en un 28,7% (n=45,92). Un 22,5% (n=36) no mantuvo relaciones sexuales en esas cuatro últimas semanas. Si volvemos a comparar por franjas de edades obtenemos los siguientes resultados (Gráfico 3):
En cuanto al número de relaciones sexuales en esas cuatro últimas semanas fueron de entre 1 y 3 veces por semana en un 61,3% (n=98,08) de la muestra, un 13,8% (n=22,08) entre 4 y 6 veces a la semana y más de 6 veces a la semana un 2,5% (n=4). El resto, como hemos citado anteriormente no mantuvieron relaciones en este período. Si comparamos estos datos por sexo tenemos (Gráfico 4):
Las mayores preocupaciones durante el confinamiento han sido para esta muestra la salud de familiares y amigos en un 86,25% (n=131,6), su propia salud en un 48,75% (n=78), la crisis económica en un 46,25% (n=74), su seguridad laboral con un 32,5% (n=52), el acceso a una atención médica en un 12,5% (n=20), y la educación y cuidado de los hijos en un 7,5% (n=12).
            Desde el inicio del confinamiento han sentido aburrimiento un 20% (n=32) de las personas, un 48,75% (n=78) ha aumentado su nivel de ansiedad, un 38,75% (n=62) ha aumentado su nivel de estrés, un 15% (n=24) ha permanecido irritado/a y un 23,75% (n=38) se encontraba apático/a.
            Tras preguntar por la afectación del confinamiento en la relación con su pareja en 10% (n= 16) confirma que ha empeorado, el 17,5% (n=28) que ha mejorado, el 51,2% (n=82,4) no la ha visto modificada, frente al resto que no tenía pareja. Las personas creen que han podido verse afectadas por evitar contagios, por pasar más tiempo juntos o menos tiempo en personas que han dedicado más horas al trabajo como sanitarios, en preocupaciones varias como la incertidumbre ante el trabajo, el cuidado de los hijos, la salud, etc e incluso ha habido un 1,25% que ha evitado tener relaciones sexuales con el “pretexto” de no contagiarse.
            En relación a las precauciones por miedo al contagio durante las relaciones sexuales un 71,3% (n=114,08) ha indicado que no ha tenido más precauciones frente al 28,7% (n=45,92) que sí que ha aumentado sus precauciones. Las medidas preventivas más frecuentes han sido evitar besos en un 8,75%, mantener posturas con menos contacto cara a cara en un 5%, evitar sexo oral en un 2,5% y un 15% asegura que no ha mantenido ningún tipo de relación sexual por miedo al contagio.
            Hemos preguntado a nuestra muestra por el aumento y disminución de algunas prácticas sexuales como sexting, masturbación, pornografía, cibersexo, sexo telefónico, uso de juguetes sexuales, webs de citas, compra de juguetes sexuales, que recogemos en el siguiente gráfico (Gráfico 5).
Respecto al sexting un 50% no lo han realizado, ha disminuido en un 22,50%, ha aumentado en un 17,50% y se ha mantenido en un 10%. La masturbación ha aumentado en un 35% de la muestra, se ha mantenido en un 32,50%, no la han practicado un 18,80% y ha disminuido en un 13,80% de la muestra. En cuanto a la pornografía, no la han realizado un 41,30%, se ha mantenido en un 22,50%, ha disminuido en un 21,30% y se ha aumentado en un 15%. Cibersexo no lo han practicado un 58,80% de la muestra, ha disminuido en 27,50%, se ha mantenido en un 5% y ha aumentado en un 8,80%. Sexo telefónico no lo han realizado un 56,30%, han disminuido en un 30%, se ha mantenido un 6% y ha aumentado en un 5%. El uso de webs de citas ha disminuido en un 27,5%, se ha mantenido en un 3,80%, ha aumentado en un 2,50% y no las han utilizado un 66,30%. El uso de juguetes sexuales ha disminuido un 26,30%, ha mantenido un 15% y un aumento un 12,50% y no lo han usado un 46,30%. Respecto a la compra de juguetes sexuales ha disminuido en un 26,30%, ha aumentado en un 6% y se ha mantenido en un 2,50% y no ha habido ningún tipo de compra por el 65%.
Si diferenciamos estas prácticas por rangos de edades (Gráfico 6 y 7), comprobamos que estas prácticas han aumentado más en edades de 19 a 30 años.
            Respecto a quedarse embarazada durante el confinamiento al 53,75% (n=86) lo vería como una conducta irresponsable, al 31,25% (n=50) de la muestra no le hubiera importado, el 2,5% (n=4) ha aprovechado el momento para ello y el 12,5% (n=20) han añadido otras aclaraciones.
 
DISCUSIÓN
            Fruto de este estudio, vemos como ha habido modificaciones durante el período de confinamiento de la pandemia por COVID19, cuando nos referimos a relaciones sexuales y salud sexual. Al principio del confinamiento debido al miedo al contagio, hubo un mayor aumento de personas que disminuyeron la frecuencia de sus relaciones sexuales y que incluso no mantuvieron ningún tipo de relación sexual. Las cuatro últimas semanas previas al fin del confinamiento vemos que, aumenta la frecuencia de las relaciones sexuales de esta población, probablemente, por la disminución del número de contagios por COVID19 que anunciaba el Gobierno de España, y, por tanto, la población castellano manchega iba perdiendo el pánico ante el contagio entre cónyuges.
Han sido varias las preocupaciones que han afectado a la vida sexual de estas personas, siendo la principal, la preocupación por la salud de familiares y amigos, seguidas de la propia salud de cada uno, la crisis económica, la seguridad laboral, etc.
            Este virus ha alterado las condiciones individuales y sociales de la población. Nuestros estilos de vida se han visto obligados a realizar un cambio y nuestras reacciones psicológicas se han tenido que adaptar ante tal situación inquietante e inesperada de la realidad cotidiana.  Estados de elevada ansiedad, estrés y apatía han influido en nuestras relaciones sexuales modificándolas tanto en cantidad, cómo realizando distintas prácticas sexuales.
           Además, el estado de saturación sanitaria llevó a los sistemas de salud a redirigir los recursos de los servicios de salud sexual y reproductiva y a limitar el acceso a la planificación familiar. Provocando así, un riesgo fundamental para las mujeres, que siguen necesitando acceso a métodos anticonceptivos, además de ocasionar un peor acceso al tratamiento de infecciones de transmisión sexual (3).
Ante la afectación de la salud sexual y reproductiva de la situación de alarma sanitaria y confinamiento por la pandemia del COVID19, se publicó por la Sociedad Española de Contracepción un documento para facilitar el acceso y la continuidad en el uso de métodos anticonceptivos, el diagnóstico y tratamiento de las ITS, la interrupción voluntaria del embarazo y la provisión de anticoncepción de urgencia durante el tiempo que durara la alarma sanitaria (4).
         Han sido muchas las dudas de la población ante la transmisión del virus, estudios señalan en que existen pocas evidencias que indiquen que el coronavirus se encuentre en fluidos como el semen o el flujo vaginal, aunque sí habría transmisión a través de la saliva si una de las personas estuviera contagiada (5).
         Durante el confinamiento, la posibilidad de encuentros físicos fue limitada y ha hecho que aumenten otras prácticas sexuales para poder seguir disfrutando sin poner en riesgo nuestra salud y la de nuestra pareja, como son la masturbación, el sexting, la pornografía, el uso de juguetes sexuales, etc. Es importante que, en algunas de estas prácticas, se sigan estrictas medidas de higiene como lavado de manos con agua y jabón y lavado de juegos eróticos antes y después de utilizarlos (5). Respecto a prácticas como el sexting, que consiste en la recepción o transmisión de imágenes o vídeos que conllevan un contenido sexual a través de las redes sociales, es importarte remarcar que se practique de forma segura (6).
         Respecto al efecto del SARS-CoV-2 sobre el embarazo, existen muy pocos datos disponibles de embarazadas afectas del COVID19, pero parece que las embarazadas no son más susceptibles de infectare por coronavirus, de hecho, este nuevo coronavirus parece afectar más a hombres que a mujeres. Los datos que se conocen sugieren que en las embarazadas la infección puede ser desde asintomática a causar serios problemas respiratorios y muerte (7). Ante la incertidumbre de la actuación del virus durante el embarazo, hace que el 53,75% de nuestra muestra indicara en este estudio, que el quedarse embarazada durante esta pandemia sería una conducta de irresponsabilidad. 
 
CONCLUSIÓN
        La función sexual requiere un cierto grado de bienestar emocional y de comunicación con la pareja, así como recursos, tales como energía, vitalidad, atención a las propias necesidades y de la pareja, deseo sexual… que se pueden ir agotando con la ansiedad, estrés o cansancio. Del mismo modo que el estrés puede alterar la vida sexual, tener relaciones sexuales satisfactorias, ayuda a disminuir el nivel de estrés, a través de, la generación de endorfinas, incremento de los niveles de serotonina, mejora la función cardiovascular, ayuda a dormir mejor, etc. Durante la pandemia por COVID19 se han dado estas dos situaciones, personas con gran nivel de ansiedad y temor que han disminuido su actividad sexual y en menor medidas personas, que la práctica sexual le ha ayudado a mantener su esfera psicosocial mejor. Por ello desde el ámbito de enfermería familiar y comunitaria como de obstetricia-ginecológica, se debe de realizar una buena educación sanitaria en sexualidad para posibles confinamientos venideros.
         Debido al uso de otras prácticas sexuales informatizadas, se debe también de abordar una educación sanitaria segura en estas actividades, sobre todo en las edades más jóvenes, fomentando tanto sus beneficios, como indicando todos tipo de precauciones que se deben de tomar, así como los problemas derivados de estas prácticas, tal como es el revenge porn (traducción literal “porno venganza”, que sería la acción de publicar o difundir fotos o vídeos íntimos sin el permiso de la víctima, generalmente motivado por venganza o despecho ante un conflicto personal o buscando la vejación de la persona.
         Por último, hay que añadir, que las pandemias exacerban las desigualdades de género y las vulnerabilidades existentes, lo cual aumenta los riesgos de abuso. En esta pandemia, las mujeres y niñas han presentado un riesgo mayor de padecer violencia infligida por la pareja y otras formas de violencia intrafamiliar como resultado de las tensiones aumentadas en el hogar. Por todo ello, se debe aumentar la búsqueda de soluciones para paliar este gran problema social, actualizando las rutas de derivación para casos de violencia de género de modo que reflejen los cambios en los servicios disponibles.
 
 
 
BIBLIOGRAFÍA
1.Actualización nº 140. Enfermedad por el coronavirus (COVID-19). Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. (Internet). (Consultado 20 de junio de 2020). Disponible en: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/Actualizacion_142_COVID-19.pdf
 
2.La salud sexual y su relación con la salud reproductiva: un enfoque operativo [Sexual health and its linkages to reproductive health: an operational approach]. Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2018. Licencia: CC BY-NC-SA 3.0 IGO.
 
3.Fondo de Población de Naciones Unidas. Coronavirus Covid-19 y preguntas frecuentes. (Consultado el 18 de junio 2020). Disponible en: https://www.unfpa.org/es/preguntas-frecuentes-sobre-la-covid-19
 
4.Sociedad Española de Contracepción. Posicionamiento de la Sociedad Española de Contracepción sobre la atención a la Salud sexual y reproductiva durante el estado de Alarma Sanitaria por la pandemia del Covid-19. 2020. (Consultado el 15 de junio de 2020). Disponible en: http://hosting.sec.es/descargas/PosicionamientoSEC_Covid.pdf
 
5.Federación de Planificación Familiar Estatal. Guía de la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF). 2020. (Consultado el 16 de junio de 2020). Disponible en: https://fpfe.org/guia-ippf-relaciones-sexuales-y-covid-19-que-necesitas-saber/
 
6.Federación de Planificación Familiar Estatal. Conéctate con cabeza: disfruta sin riesgos con tu móvil. 2020. (Consultado el 16 de junio de 2020). Disponible en: https://fpfe.org/conectate-con-cabeza-disfruta-sin-riesgos-con-tu-movil/
 
7.Manejo de la mujer embarazada y el recién nacido con COVID19. Documento técnico del Ministerio de Sanidad. Versión del 17 de  junio del 2020.
 
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Autores: Laura Cervantes Torres y Carmen Jimenez Ramos

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