Maltrato Infantil

La frecuencia y el aumento de maltrato infantil hacen preciso que aquellos profesionales que están en contacto más directo con el niño (maestros, médicos, enfermeros…) tomen conciencia del problema y formen parte activa en la prevención primaria para evitar secuelas psicofísicas irreversibles en el niño.

Introducción.
Los malos tratos en los niños pueden ser de tipo sexual, emocional y físico, pero también pueden incluirse en este concepto la falta de cuidados físicos o educativos. El abuso sexual no sólo corresponde al abuso del niño desde un punto de vista físico, sino que también pueden tener otras modalidades, como su participación en fotografías o películas.

La mayor parte de los malos tratos a los niños se inician durante la etapa de lactante. Cada vez se presta más atención a este problema, y ésta puede ser la razón por la cual en los últimos tiempos el problema parece haberse incrementado, no ya porque se produzcan más casos sino porque se denuncian y ponen en conocimiento público en mayor número. Es obvio que los malos tratos a los niños es un problema enfermero, que puede ser agudo o crónico, así como un factor que pueda aumentar la delincuencia juvenil, los problemas psiquiátricos, los trastornos sexuales, y posteriormente, la adopción de una actitud deficiente como padres.

Material y Métodos
Revisión sistemática de diferentes bibliografías, artículos científicos y manuales de Enfermería.
 
Observaciones.
 
Existen diversos indicadores físicos y del comportamiento del niño que resultan sospechosos de malos tratos, los cuales se resumen en la clasificación siguiente:

1.- INDICADORES FÍSICOS.

Abuso físico.

a) Heridas o contusiones sospechosas.
  • En cara, labios y boca
  • En espalda nalgas o muslos.
  • En diversos estadios de cicatrización.
  • Agrupadas, formando patrones regulares
  • Marcando la forma del objeto utilizado (cinturón, cable eléctrico).

En áreas distintas de lo anteriormente indicado, aparecen de forma regular tras un periodo de vacaciones, ausencia o fin de semana.


 

b) Quemadura de origen sospechoso.

  • Por cigarros o cigarrillos, especialmente en las palmas de las manos, plantas de los pies, nalgas o espalda.
  • Por inmersión (en forma de calcetín, de guante, circulares en genitales y nalgas).
  • Con forma determinada, parecida a plancha, estufa eléctrica, etc.
  • Por cuerda, en brazos, piernas, cuello o espalda.
  • Quemaduras infectadas, lo que demuestra retraso en aplicar tratamiento.

c) Luxaciones o fracturas sospechosas.
  • Cráneo, nariz, macizo labial.
  • En diversos grados de curación.
  • Fracturas múltiples o en espiral.

d) Rozaduras o laceraciones sospechosas.
  • En labios, encías, boca, ojos.
  • En genitales externos.
  • En diversas fases de curación.

e) Áreas de calvicie en la cabeza
 

Negligencia para los cuidados.
  • Peso inferior al apropiado para su edad, crecimiento deficiente.
  • Hambre, mala higiene, ropa inadecuada.
  • Falta de vigilancia, en especial en situaciones peligrosas y durante largos periodo de tiempo.
  • Adelgazamiento de la capa subcutánea.
  • Desatención a las necesidades médicas y problemas físicos.
  • Abandono.
  • Distensión abdominal.
  • Áreas de calvicie en la cabeza.

Abusos sexuales.
  • Dificultad para andar o sentarse.
  • Ropa interior ensangrentada, rota o manchada.
2.-INDICADORES DEL COMPORTAMIENTO.

Abuso físico.
  • Sentimientos de castigo.
  • Rechazo del contacto con adultos.
  • Aprensivos al oír el llanto de otro niño.
  • Comportamientos extremos, como agresividad o huida.
  • Miedo a los padres.
  • Miedo a volver a casa.
  • Dice haber sido pegado por los padres.
  • Mirada ausente o poco viva.
  • Permanece inmóvil observando el entorno.
  • No llora al ser explorado por el médico.
  • Responde con monosílabos.
  • Madurez precoz o inadecuada.
  • Comportamiento manipulador con el fin de atraer la atención.
  • Únicamente capaz de mantener relaciones superficiales.
  • Busca afecto de forma indiscriminada.
  • Pobre autoestima.
Negligencia en los cuidados.
  • Mendicidad, robo de alimentos.
  • Periodos prolongados en la escuela (llega temprano y sale tarde).
  • Falta a menudo a la escuela.
  • Cansancio constante, con frecuencia se distrae o se duerme en clase.
  • Adopta actitud y responsabilidades de adulto.
  • Abuso de derivados alcohólicos o drogas.
  • Delincuencia.
  • Declara de no tener a nadie quien lo cuide.
Abusos sexuales.
  • Mendicidad, robo de alimentos.
  • Estancia prolongada en la escuela.
Consideraciones de enfermería.

-> Existen diversas situaciones que predisponen a los individuos a abusar de los niños. Estas son: niño prematuro o con disminución física o intelectual, hijo de madre adolescente o de un embarazo no deseado, déficit de los lazos materno/paterno-filiares, estrés familiar, alcoholismo de los padres, antecedentes de malos tratos de los padres durante su infancia, así como padres cuya personalidad no puede acoplarse a la vida familiar.
-> Para el crecimiento y desarrollo de un niño normal es necesario un adecuado lazo entre padres e hijos. La carencia de dichos lazos se evidencia como una actitud impersonal por parte de los padres, así como una falta de contacto visual con el niño, con poca comunicación verbal o física.
-> Todos los casos de niños menores de 24 meses con aspecto poco saludable deben ser estudiados. Debe investigarse la actitud de los padres (incluidas las observaciones sobre actitudes hostiles, agresivas, críticas o exigentes). Cuando se observe un comportamiento anómalo por parte de los padres, tal como euforia o depresión, requiere ser estudiado.
-> Todo historial de traumatismos que no parezcan casuales debe ser investigado, haciendo preguntas concretas respecto a los mismos. Estas deben ser: ¿Quién se encargaba del niño? ¿Cómo tuvo lugar el accidente?, ¿Qué hizo el niño después del accidente?, ¿qué cuidados se le prestaron inmediatamente después del mismo? Un retraso en acudir al médico sugiere la posibilidad de malos tratos. En caso de que un niño deba ser separado de la familia, es importante un cuidadoso estudio de lesiones.
-> En el caso de los malos tratos infantiles es extremadamente importante una actitud acrítica, ya que la reacción por parte de la familia o la persona al cuidado del niño puede ser hostil. El objetivo inmediato es la protección del niño, y sólo a largo plazo será el de la rehabilitación de la familia.

Conclusiones

La prevención del maltrato debe integrarse en la formación de los profesionales de la salud ya que es fundamental para la detección de factores de riesgo personal, familiar y/o Social.
La frecuencia y el aumento de maltrato infantil hacen preciso que aquellos profesionales que están en contacto más directo con el niño (maestros, médicos, enfermeros…) tomen conciencia del problema y formen parte activa en la prevención primaria, en la detección y en el tratamiento tempranos, para evitar secuelas psicofísicas irreversibles en el niño.
 
Bibliografía:

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Falta de Cuidados en el Niño. Bilbao: Servicio de Publicaciones del Gobierno Vasco;
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Caffey J.  Significance of the history in the diagnosis of traumatic injury to children. J
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Autores: Juan Francisco Soto Luna, Gema Fernández Expósito, Juan Diego Díaz Valero y Mª Carmen González de Rivas.

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