Atención de enfermería en los trastornos del sueño en el envejecimiento: insomnio.

El insomnio se encabeza como el problema más prevalente en nuestra población de estudio. Incluso, se sabe que el 80% de la población en general ha experimentado al menos un episodio de insomnio. La figura de la enfermera está cada vez más presente, adoptando un papel fundamental en la detección temprana y manejo del mismo.

RESUMEN

     El envejecimiento es un fenómeno que crece exponencialmente y, que, como estima el Instituto Nacional de Estadística (INE), pasará a ocupar en los próximos 40 años un 34.6% de la población española total. Debido a la cantidad de personas ancianas y al conjunto de cambios que experimentan, se han convertido en el foco de atención de la sanidad y, en definitiva, de la Enfermería.

     La insatisfacción en calidad y cantidad del sueño, así como problemas en el inicio, mantenimiento o duración del mismo son algunas de las perturbaciones típicamente padecidas en la senectud.
     El insomnio se encabeza como el problema más prevalente en nuestra población de estudio. Incluso, se sabe que el 80% de la población en general ha experimentado al menos un episodio de insomnio. La figura de la enfermera está cada vez más presente, adoptando un papel fundamental en la detección temprana y manejo del mismo.
 
INTRODUCCION
     El envejecimiento se concibe como aquel proceso presente a lo largo de todo el ciclo vital de una persona que comienza desde el momento de su concepción y finaliza con la muerte. Este largo suceso genera en la persona, una serie de cambios que van a producir un continuo e irreversible deterioro funcional, cognitivo y emocional convirtiendo a la persona anciana en un óptimo candidato para padecer una serie de patologías que son más o menos comunes en esta etapa de la vida.
      Una de las funciones esenciales para la adecuada actividad diaria del organismo es el sueño, ya que se sabe que ocupa al menos un tercio de nuestras vidas. Según el Instituto Nacional del Sueño se percibe como una parte integral del ser humano, una necesidad biológica que permite coordinar y asegurar el desarrollo óptimo de las funciones físicas y psicológicas en la vida cotidiana de las personas. (1,2)
     Dentro de este grupo tan amplio de perturbaciones, destaca en su mayor proporción el insomnio, ya que existen evidencias científicas en las que se afirman que alrededor de un 32% de mayores presenta diferentes perturbaciones en la esfera del sueño ocupando un 12% de los casos las personas que padecen insomnio (3,4)
 
MATERIAL
     El presente artículo está basado en mi trabajo fin de grado elaborado en 2019. Para la elaboración del mismo se ha realizado mediante la revisión de 46 artículos científicos, guías, procedimientos y protocolos de Enfermería.
 
METODO
     Se ha realizado una revisión bibliográfica basada en el estudio descriptivo de corte analítico de las modificaciones en calidad y cantidad del sueño en el envejecimiento, centrándose como problema mayoritario en el abordaje del insomnio en personas de más de 65 años. Para la elaboración del mismo, se ha realizado una profunda búsqueda bibliográfica y una revisión de todo lo encontrado referente al tema de estudio.
 
RESULTADOS
     Alcanzar la denominada quinta década de la vejez y sobrepasarla supone la adquisición de una colección de cambios muy marcados en la arquitectura del sueño que perjudican y disminuyen la calidad de vida de las personas que lo padecen. Principalmente de forma generalizada, en la vejez se producen los siguientes 9 pasos:

  1. Una alteración del tiempo de sueño avanzado, es decir, tiempo de subida antes de acostarse.
  2. Un aumento de latencia en el inicio del sueño, por lo que se emplea mayor tiempo para conseguir quedarse dormido.
  3. Una disminución general de la duración del sueño.
  4. Un incremento en la fragmentación del sueño, esto quiere decir que, se tiene un sueño menos consolidado con un aumento de despertares o despertares con transiciones de sueño más ligero.
  5. Aparición de un sueño frágil, es decir, la existencia de una mayor probabilidad de despertarse por estímulos sensoriales externos.
  6. Una reducción del sueño más profundo NREM conocido como sueño de onda lenta (SWS)
  7. Un incremento del tiempo de duración de las etapas 1 y 2 del periodo NREM.
  8. Una disminución en cantidad y duración de los ciclos de sueño NREM-REM.
  9. Un aumento del tiempo de estar despierto en la noche. (5,6)

DISCUSION
     El insomnio se enunció como la dificultad para iniciar o mantener el sueño, así como la presencia de despertares precoces a horas tempranas de la mañana. En la mayoría de los casos se ve asociado a la coexistencia de una serie de problemas en el funcionamiento diurno, rendimiento cognitivo, fatiga o alteración del estado de ánimo de la persona que lo padece (7).
 
     Fue denominado por Riedel y Lichstein como un trastorno de 24 horas, ya que se trata de una patología que afecta a la persona que lo sufre durante todo el día, lo que ocasiona un deterioro de la calidad de vida. Incluso, se descubrió que el insomnio no se centra en una alteración de la función del sueño únicamente, sino que se produce el trastorno de la función cognitiva del afectado (8).
 
     Para que alguien pueda ser diagnosticado de insomnio, debe tener la sintomatología citada durante un mínimo de tres noches en semana y durante un mínimo de tres meses seguidos. Se ha descubierto que el grupo poblacional más afectado son los adultos mayores y en especial, las mujeres perimenopausicas, por lo que se convierten en el principal demandador de ayuda para el diagnóstico y tratamiento de la patología en las consultas de enfermería de Atención Primaria en salud (9).
 
     La prevalencia de este trastorno era tan alta que pudo afectar a cualquier persona desde niños hasta ancianos. Dentro del tercio de la población afectada, entre el 6 y 10% de los mismos presentaban síntomas que cumplían los dos criterios establecidos por la Classification of Sleep Disorders-3 para el diagnóstico de la enfermedad (7).
 
     En la evaluación de la función del sueño, se debe contar con dos pilares fundamentales que son los datos cuantitativos como la duración o gravedad del insomnio y los datos cualitativos o experiencia vivida por el paciente en relación al sueño.
     Las investigaciones realizadas hasta el momento se han basado en el uso de métodos más objetivos, aunque desde la enfermería se ha practicado la valoración del ámbito cualitativo, en el que se cuenta con los factores predisponentes importantes como el contexto o el estado de ánimo de la persona en el momento del sueño (9).
 
     El fundamento del tratamiento farmacológico en el insomnio se basó en la necesidad de modulación de los neurotransmisores que favorecen la conciliación y mantenimiento de la vigilia. Estos son la noradrenalina, dopamina, serotonina, histamina y acetilcolina en el caso del mantenimiento de la vigilia; y el ácido aminobutírico [GABA], MTN y adenosina para la conciliación. Los hipnóticos han sido utilizados desde la antigüedad como tratamiento para los trastornos del sueño (10,11).
 
     El tratamiento no farmacológico es el usado en el abordaje de primera línea del insomnio debido a la alta efectividad demostrada. El fin perseguido en el mismo, es la mejora en la calidad y cantidad de sueño, así como la potenciación del funcionamiento diurno. En los pacientes, la causa de su insomnio se convirtió en el punto de partida para la gestión de su problema (7).
 
     A continuación, aparece una gráfica tipo tabla en la que se recogen los principales métodos no farmacológicos del tratamiento del insomnio que pertenecen a la Terapia Cognitivo-conductual:
 

Sleep hygiene
 
Recomendations to improve sleep hygiene include the following:
–        Reduce alcohol, nicotine and caffeine intake and avoid, especially four to six hours before bedtime. Caffeine a nicotine are stimulants. Alcohol disrupts sleep due to proccesing of the alcohol.

  • Avoid rich or fatty foods close to bedtime, as well as spicy, carbonated and citrus foods.
  • Avoid extremed temperatures and noise.
  • Bedroom should be well ventilated, quiet and dark.
  • Exercise regulary but not close to bedtime.
  • Drinking large volumes of fluids should be avoided before bedtime to avoid interruptions due to the need for restroom use.
  • Use dim nightlights in bathroom as bright light can make it

difficult to goback to sleep.

Stimulous control Stimulus control may be achieved by application of the following measures:

  • Establish a regular sleep timetable and go to bed only when feeling sleepy.
  • Get out of bed if unable to sleep.
  • Daytime naps should be avoided.
  • Use the bed only for sleep and intimacy: avoid reading and television watching in bed.
Relaxation techniques Relaxation techniques involve progressive muscle relaxation to
decrease somatic tension
Sleep restriction Sleep restriction involvs limiting the amount of the time spent in bed to
the actual time spent sleeping
Paradoxical intention This technique is suitable for sleep-initiation insomnia. The patient is advised to remain passively awake with the aim of eliminating anxiety
to perform.
Cognitive therapy Cognitive therapy is directed towards anxiety. Insomnia-related concems increase insomnia, causing excitation and further exacerbarte sleep problems. Changing negative thoughts can reduce concerns about the lack of sleep and break the vicious circle leading to
excitation and insomnia.

 
     Otro de los métodos muy utilizados en las consultas de Enfermería del ámbito de salud de Atención Primaria es el diario del sueño. Se trata de un registro en el que el paciente recoge los datos referentes a su calidad del sueño durante al menos dos semanas. En el mismo, el paciente recoge el horario de acostarse. (11)
 
     Por último, una de las herramientas más novedosas y utilizadas en la actualidad en el abordaje del insomnio es la realización de ejercicio físico. Fue aprobado por la Fundación Nacional del Sueño debido a que se trata de un procedimiento muy atractivo porque es seguro, fácil de realizar, colectivo o individual, y carece de la necesidad de un médico y de bajo coste (desde caminar en la calle hasta acudir a un gimnasio) (12).
 
CONCLUSIONES
     Lo cierto es que la población envejece. Esta afirmación se lleva anunciando algunos años hasta el momento y no dejará sino de aumentar en épocas futuras.
     El envejecimiento está asociado a una disminución en la duración y dificultad para iniciar o mantener el sueño produciendo perturbaciones en la calidad de vida de las personas que lo padecen.
     Curiosamente destacable es que existen diferencias en las modificaciones del sueño entre hombres y mujeres, haciéndose este problema más notorio en el género masculino. Aunque no existe un consenso estable entre las diferentes teorías se centran en conclusiones comunes que explican la causa de dicha diferencia.
     Las enfermeras contamos con varias herramientas para llegar al diagnóstico del insomnio en los pacientes que lo padecen. Partiendo de la existencia de insatisfacción en calidad y cantidad de sueño podemos aplicar diferentes métodos de evaluación del mismo.
     El tratamiento de primera elección para el insomnio por la eficacia demostrada es el no farmacológico. El fundamento del tratamiento farmacológico es la modulación de los neurotransmisores que favorecen el sueño.
 

BIBLIOGRAFIA
1. Abellán García A, Ayala García A, Perez Diaz J, Pujol Rodriguez R. Informes. Envejecimiento en red [Internet]. febrero de 2018 [acceso 26 sep. 2018] ;17:8- 10. Disponible en: www.envejecimientoenred.es
2. Mar A, Garc A, Maya S. Análisis concepto envejecimiento. Gerokomos [Internet]. 2014 [acceso 12oct. 2018];25(6):57-62. Disponible en: http://scielo.isciii.es/pdf/geroko/v25n2/revision1.pdf
3. Díaz HP. Insomnio : claves diagnósticas y terapéuticas. kranion. 2017;5-10.
4. Medlineplus.gov. Insomnio [Internet]. 2018[acceso2 Oct. 2018]. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/insomnia.html
5. Gulia KK. Sleep disorders in the elderly : a growing challenge. Off J Japanese Psychogeriatr Soc [Internet]. 2018 [access 25 Nov. 2018] ;18:155-65. Available in: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/psyg.12319
6. Mander BA, Winer JR, Walker MP. Review Sleep and Human Aging. Neuron [Internet]. 2017 [access 25 Nov. 2018]94(1):19-36. Available in: http://dx.doi.org/10.1016/j.neuron.2017.02.004
7. Chigome AK, Nhira S, Meyer JC, Pharmacy M. An overview of insomnia and its management. S Afr Pharm J [Internet]. 2018 [access 17 Dic. 2018–];85(2):32-8. Available in: www.sapj.co.za/index.php/SAPJ/article/download/2557/5029
8. Lichstein KL. Insomnia identity. Behaviour Research and Therapy [Internet]. 2017 [access 21 Dic 2018] ;97:230-41. Available in: http://dx.doi.org/10.1016/j.brat.2017.08.005
9. Araújo T, Jarrin DC, Leanza Y, Valli A, Morin CM. Qualitative studies of insomnia : Current state of knowledge in the field.Sleep Medicine Review 2017[access 21 Dic. 2018–] ;31:58-69. Available in: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27090821
10. Navarra D. Melatonina para los trastornos del sueño. Bol Inf Farmacoter NAVARRA. 2014;22(No 1):1-12.
11. Fnp-c MERMSN, Cns PHC. Managing Adult Insomnia Confidently. TJNP J Nurse Pract [Internet]. 2018 [acceso 27 Ene. 2019];14(10):718-724.e1. Available in: https://doi.org/10.1016/j.nurpra.2018.08.019
12. Lowe H, Haddock G, Mulligan LD, Gregg L, Fuzellier-hart A, Carter L, et al. Does exercise improve sleep for adults with insomnia ? A systematic review with quality appraisal. Clin Psychol Rev [Internet]. 2018[access 15 Feb. 2019];1-12. Available in: https://doi.org/10.1016/j.cpr.2018.11.0021.

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Autores: María Inmaculada Vaquero Torres

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